martes, 15 de noviembre de 2016

Georges Braque por Marcel Antelo



Georges Braque (1882-1963)


Georges Braque (Argenteuil-sur-Seine, 13 de mayo de 1882 - París, 31 de agosto de 1963) fue un pintor y escultor francés. Junto con Pablo Picasso fue uno de los iniciadores del cubismo.

Nació en una familia de artesanos. Creció en Le Havre y estudió en la Escuela de Bellas Artes (École des Beaux-Arts) desde 1897 hasta 1899.
Llegó a París en 1900. Allí estudió primero en la Academia Humbert, en la que conoció a Marie Laurencin y Francis Picabia, después, a partir de 1903, en la Escuela de Bellas Artes.
La exposición fauvista de 1905 le impresionó tanto que se adscribió a este estilo, usando preferentemente los colores rosa y violeta.

Realizó en 1906 con Othon Friesz un viaje a Amberes y, durante el verano de 1907, a La Ciotat y a L'Estaque.



En otoño de ese mismo año, la exposición retrospectiva de Paul Cézanne y la amistad que trabó con Pablo Picasso, que acababa de pintar sus Señoritas de Aviñón, le hicieron cambiar de estilo. 



El trabajo de ambos, en estrecha relación, hará surgir y evolucionar al cubismo. En el verano de 1908 pinta paisajes en L'Estaque, en 1909, en Normandía y La Roche-Guyot.



Estudiando metódicamente las líneas de contorno utilizadas por Cézanne, Braque fue evolucionando progresivamente sus composiciones con ligeras interrupciones en las líneas. Tras 1908 comienza a romper con la visión clásica, utilizando cada vez más formas geométricas principalmente para naturalezas muertas.


























En ese año, 1914, fue movilizado y participó en la Primera Guerra Mundial, siendo herido de gravedad en 1915. Regresó a París. En 1917 se reincorporó a su trabajo y realizó al final de la guerra una obra esencialmente basada en la naturaleza muerta, abandonando paulatinamente sus composiciones geométricas.





En 1930 se compra una casa en Varengville, cerca de Dieppe. La Primera Guerra Mundial le inspiró obras más serias y austeras.




A partir de la década de los 40, la obra de Braque adquiere un tono mucho más oscuro. Tuvo que emigrar durante la guerra y esto, unido a los traumas sufridos durante la Primera Gran Guerra, hacen que Braque exprese mediante sus pinturas sus miedos y preocupaciones. Así, encontramos colores más sobrios y oscuros, simbología de muerte, como calaveras, o elementos rotos y rasgados en sus cuadros.


Braque había conseguido en este punto que el cubismo fuese un lenguaje en sí mismo. Ya no era una fase de investigación. El autor se expresa ya con total sencillez a través de este nuevo lenguaje, utilizando sus valores específicos, como la fusión dimensional, a su favor, sin perder un ápice de capacidad comunicativa o expresiva. Es en este momento donde Braque ya es un autor totalmente maduro. Ya no tiene la frescura o la genialidad de sus épocas más tempranas, al contrario, es una persona con graves problemas de salud, con hondas preocupaciones sociales y personales, y ha desarrollado un estilo marcado y con una gran personalidad. Son obras sorprendentes. No particularmente impresionantes en lo técnico, o complejas, sino que simplemente son obras consumadas, obras que utilizan el lenguaje cubista de una forma madura y completa.


En sus obras más tardías Braque acabó alejándose del cubismo y volvió a un lenguaje pictórico mucho más sencillo, totalmente cromático y totalmente expresionista. Se trata de una serie de paisajes que realizó en su Francia natal, con forma de marinas. Todavía había ganas de crear y de investigar, claro, pero son cuadros de puro deleite pictórico




Tras una vida entera investigando, con una obra intelectual y compleja como pocas, asistir al espectáculo de unas obras tan deliciosas y sencillas dejaba al espectador sin palabras. Tanto es así que recibieron excelentes críticas en su momento, y no fueron pocos los autores de la época que quedaron maravillados ante ellas.



Georges Braque murió en 1963, a la edad de 81 años,  dejando tras de sí una labor artística que supuso un antes y un después en la historia del arte. Fue el primer artista vivo en exponer en el Museo del Louvre de París, y el reconocimiento a su labor artística es absoluto. Se trata de un autor eclipsado por la obra de Picasso, pero que merece la pena descubrir, sobre todo si se tiene la oportunidad de ver su obra de una forma global, y no quedarse sólo en las primeras obras cubistas, que si bien son las más relevantes, no son representativas de la vida interior del autor.